CHILE: ¿EL RETORNO DE LA IZQUIERDA?


Chile está por celebrar una de las contiendas electorales más interesantes de su historia reciente. Los comicios del 17 de noviembre que tienen como protagonistas principales a dos mujeres que son hijas de generales de la Fuerza Aérea chilena. Michelle Bachelet, expresidenta y ahora candidata opositora del Partido Nueva Mayoría, una coalición que aglutina a los principales partidos de la Concertación de centroizquierda y  su rival Evelyn Matthei, exministra del Trabajo de Sebastián Piñera y postulada por la oficialista coalición conservadora que agrupa a la Unión Demócrata Independiente (UDI) y a Renovación Nacional (RN).

Una contienda entre dos mujeres con dos historias diferentes que contar pero que las une el pasado común de la dictadura militar de Augusto Pinochet. Las dos mujeres que batallan ahora por alcanzar el Palacio de La Moneda se enfrentan a unas elecciones sui generis, aquellas que se contextualizan en un recambio generacional asomado por la efervescencia social dictada por el mandato de las protestas estudiantiles que buscan trastocar los privilegios de la clase política y derribar el status quo que ha impedido transformar a Chile de manera más profunda.

Una contienda marcada por el distanciamiento de la sociedad con los tradicionales partidos políticos, por la crisis de representación electoral y por las tres grandes incógnitas que agobian al gobierno de Sebastián Piñera. Quien no ha podido dar respuesta efectiva a las propuestas de reforma educativa, de transformación del sistema tributario y la necesidad de contar con una nueva Constitución que desfunde la esencia represiva y autoritaria de Chile. El presidente que ha apoyado a los grandes consorcios económicos en Chile y apadrinado reformas a favor de la privatización de las tierras. Prueba de ello, es el conflicto irresuelto con el pueblo mapuche en la que ha invocado la Ley Antiterrorista para criminalizar la movilización de estos grupos ancestrales que han sido víctimas del desalojo de tierras.

Por su parte Michelle Bachelet quien se despachaba como la Directora de ONU-Mujeres decide contender por segunda ocasión como mandataria de Chile. La expresidenta que posiblemente pudiera ganar en la primera vuelta electoral y que difícilmente se puede desligar de las críticas que se le imputaron por su lenta capacidad de respuesta durante el terremoto del 27 de febrero del 2010 y el posterior tsunami. Pero quien logró imprimir un mayor sentido de solidaridad al sistema de justicia y salud.

En campaña la expresidenta ya se comprometió a dotar de una educación gratuita nivel universitario, apoyar una reforma tributaria y un cambio constitucional. Se dice fácil pero en realidad, la élite política de derecha e izquierda ha concertado para no realizar una transformación significativa ni refundar el proyecto nacional. Los intereses de los poderes fácticos como las empresas, ejército, iglesia y medios de comunicación son demasiado fuertes y amenazan con imponerse, como casi siempre sucede, con aquellos que demandan los jóvenes y estudiantes.

“Debemos fortalecer la educación pública, pero no liquidar la educación privada” – Evelyn Matthei

”Yo quisiera ganar en primera vuelta, para ser sincera. Soy la única candidata que estuvo en Primarias y ya llevo ocho meses. Pero si hay segunda vuelta, habrá que seguir” – Michelle Bachelet

 

LOS REMANENTES DE LA DICTADURA

El pasado 11 de septiembre se cumplió el 40 aniversario del golpe de Estado de Pinochet, una coyuntura que irrumpió de lleno en la campaña electoral que poco favoreció a la conservadora Evelyn Matthei, pues los chilenos volvieron a recordar el episodio negro de la dictadura. Las heridas abiertas del régimen pinochetista siguen causando estragos en Chile, todavía hay decenas de militares que están cumpliendo condenas por violaciones masivas a los derechos humanos. En ese sentido, llamó la atención otro acto de Sebastián Piñera que fue muy criticado, enviar felicitaciones al homenaje realizado a Miguel Krassnoff, un colaborador de la dictadura, quien cumple una condena superior a 100 años de cárcel.

Las sombras de la dictadura todavía se incrustan en la vida política, económica y social en Chile, el país sigue regido por la constitución de 1980 que fue creada por el mismo Pinochet y que no puede borrar su esencia autoritaria, aunado al sistema electoral binomial que favorece a los partidos de la derecha asegurando el número de diputados necesarios para gobernar. Precisamente el Senado en septiembre del 2013, aprobó una reforma que permitirá modificar el sistema binomial, una modificación que genera nerviosismo en la clase política chilena que recela la pérdida de poder.

Quizás un hecho que ha oxigenado al establishment chileno han sido las protestas estudiantiles que han acorralado a su presidente. Poner fin al lucro educativo y al endeudamiento impagable por parte de estudiantes ha sido la principal demanda de las protestas sociales y juveniles que se atestiguaron desde 2011. Cabe señalar que según datos de la OCDE, asistir a la universidad en Chile resulta más costoso que en cualquier parte el mundo, supera a EE.UU., Inglaterra y Japón y además carga con la connotación particular de que el 80% de la educación superior en Chile está financiada por las familias.

Dentro de los logros del movimiento estudiantil se transa la renuncia del exministro de Educación, Joaquín Lavin y la rebaja del 6 al 2% de las tasas de interés que cobran los bancos a alrededor de 300,000 estudiantes universitarios que han buscando a su vez frenar la privatización del sistema educativo. El malestar estudiantil logró sacar a la banca privada del jugoso negocio de la educación y Sebastián Piñera tuvo que arrebatarle a la banca el sistema de créditos universitarios para aplacar el contexto efervescente en Chile.

¿DESVELANDO LOS MITOS EN CHILE?

Chile atestiguó las protestas sociales más importantes desde el fin de la dictadura, el movimiento social que escala para convertirse en un movimiento político que abriga un cambio irrestricto a la constitución y que pone al desnudo las fallas estructurales del sistema chileno. Los estudiantes que abren el velo del agotamiento del modelo que sigue soportado por los hilos de la dictadura pinochetista y por los mitos con los que ha crecido el país estrella de América Latina. Aquel miembro de la OCDE, APEC, TPP, Alianza del Pacífico y signatario de Tratados de Libre Comercio con Japón, China, EE.UU. Canadá y Australia, pero que a su vez desvela el Chile desigual, injusto y altamente concentrador de la riqueza.

Hoy nos damos cuenta que los factores clave de la riqueza no están determinados exclusivamente por la cantidad de exportaciones o el nivel de acceso que tengamos a los circuitos económicos internacionales. El bienestar, para que se traduzca en mejoras a la calidad de vida de los ciudadanos, también está relacionado con factores de justicia social, la distribución del ingreso y la diversificación de la riqueza. Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), pese a que los ingresos entre los estratos más ricos y pobres en Chile se han reducido, siguen siendo muy elevados si lo comparamos con el nivel promedio de los países de la OCDE.

@RinaMussali

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