2013: LA HORA DE CAPRILES Y LA DESHORA DE MADURO


FUENTE: Proceso.com.mx

2013 será recordado como un año de quiebre en Venezuela, el deterioro de la flama chavista que está anclada a la muerte del gran caudillo, Hugo Chávez, pero también con la llegada de Nicolás Maduro como nuevo presidente tras las elecciones del 14 de abril. Fue el “marcaje de origen” que han perseguido y arrinconado a Nicolás Maduro, el principal huésped del Palacio de Miraflores, quien presumió una y otra vez su triunfo electoral como “justo, legal, constitucional y popular”. Pero que encontraron oídos sordos en la casi mitad de la población que votó por su más férreo contrincante, Henrique Capriles, de la Mesa de Unidad Democrática (MUD).

Bajo la etiqueta de “presidente ilegítimo” y con 235,000 votos de diferencia, la oposición exigió hacer un recuento de “voto por voto” en cada casilla y centro electoral, una iniciativa que se apagó cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) otorgó su anuencia a favor de Nicolás Maduro. La transición política poco preparada en Venezuela se palpó con las “elecciones de la discordia” que pronto pusieron por delante el primer reto a encarar por parte del recién estrenado presidente: resanar la profunda polarización y división que carcome a la sociedad y que se disputa al calor de la conocida guerra intestina al interior del chavismo y las fisuras entre grupos militares.

FUENTE: Aporrea.org

El desempeño de los Nicolás Maduro ha enfrentado los cuestionamientos de los militares. Se presume que en los cuárteles hay enojo en torno a las declaraciones “místicas” que el presidente ha hecho sobre Chávez, aún cuando el primero se ha encargado de duplicar el presupuesto militar para el 2014. Sabemos que las herramientas utilizadas por Maduro para mantener vivo el espíritu de la revolución bolivariana ha sido mitificar al comandante y hacer uso de la extrema ideologización en su discurso político. ¿Podrá echar a perder Maduro el chavismo? ¿Aquel chavismo que le dio poder a los invisibles, los convirtió en actores y los acercó a la vida política?

Posiblemente, los desatinos de Nicolás Maduro, la delicada situación económica y la crispación política sean los elementos que motivaron la decisión de presentar la “Ley Habilitante”,  aquella iniciativa que permitirá al mandatario gobernar con poderes metaconstitucionales y por decreto durante un año. Esto significa haber cancelado el sistema de pesos y contrapesos entre el Poder Ejecutivo y Legislativo y otorgarle carta abierta al presidente para gobernar sin los límites que otorgan las leyes. Justamente estos “poderes especiales” dejan entrever los riesgos de incurrir en una situación desbordante ante la debilidad del presidente para controlar los centros neurálgicos del poder político, económico, social en Venezuela.

El presidente Nicolás Maduro decretó el día de la ‘Lealtad y el Amor a Hugo Chávez’. El decreto contiene cinco artículos, uno de los cuales ordena actos oficiales «que exalten el pensamiento» del gobernante fallecido. – Noticias Univisión

¿Estará llegando la hora de Capriles en Venezuela y la deshora de Maduro? No olvidemos otro dato sintomático. El 8 de diciembre, la fecha en la que se disputaran más de 16,000 candidaturas a cargos de elección popular, también se celebrará el “Día de la Lealtad a Chávez”, esto no es coincidencia, el gobierno quiere que cada voto imprima lealtad y agradecimiento al comandante extinto.

LAS ELECCIONES MUNICIPALES ¿REFERÉNDUM PARA MADURO?

Las elecciones municipales del 8 de diciembre en Venezuela tendrán que ser vistas como un referéndum para Nicolás Maduro y toda la maquinaria chavista, justamente eso, un termómetro para evaluar sus logros, retos y asignaturas pendientes bajo el ánimo de una sociedad políticamente dividida y crispada. No obstante, esta coyuntura también nos debe de invitar a reflexionar sobre sus alcances y límites, así como preguntarnos sobre el manejo que le ha dado a la crisis económica y de inseguridad en este país que fue cuna de experiencia democrática, siendo Rómulo Betancourt uno de sus más grandes exponentes.

La incertidumbre en Venezuela crece en la medida en que se acercan las elecciones de diciembre. La herencia de Hugo Chávez, el caudillo que buscó extender sin éxito su periodo de gobierno a casi 20 años de gobierno encuentra su más dura batalla con la crisis económica que aqueja al pueblo venezolano. La acelerada devaluación de la moneda, el desabasto de productos, la subida desmedida de precios, la mayor tasa de inflación de América Latina y las reservas internacionales a su mínimo histórico contribuyen a desinflar el proyecto chavista y a arrinconarlo en un transe peligroso. ¿Será el manejo de la crisis económica el ingrediente que pudiera hacer reversible el proyecto chavista?

Los límites del poder chavista parecen superar las bondades de su proyecto. La caída en los índices de pobreza, una mejor distribución de la riqueza y la implementación de las misiones bolivarianas -el corazón de su política social- no han podido resolver los grandes desafíos económicos, políticos y todavía sociales que enfrenta el país.  Se ha señalado que la renta petrolera y las cuentas macroeconómicas son manejadas bajo criterios políticos y partidistas y geopolíticos cuando se trata de política exterior. De esta manera, tenemos a un país  que importa el 95% de lo que consume, que atestigua la caída en la producción petrolera y el aumento en su tasa de endeudamiento. Mientras que la burocracia se expande y se limitan los márgenes de ganancia de los empresarios, los anaqueles vacíos y los saqueos se encargan de demostrar las flaquezas del chavismo.

El énfasis en la democracia popular, directa y más participativa que se empeña en defender el chavismo ha hecho cortocircuito con la democracia representativa y electoral. La falta de independencia de los poderes de estado, las restricciones a la libertad de expresión, las violaciones a los derechos humanos se combinan con la muerte lenta de los medios de comunicación independientes como el caso de Globovisión. La venta del canal informativo que representó un golpe tajante para los partidos de oposición y para la labor del “periodismo libre” que daba cuenta de los abusos del poder.

FUENTE: Reportero.24.com

A la crisis económica y política habría que agregarle la crisis de inseguridad. El país que está carcomido por los índices de criminalidad que lo tipifican como uno de los países más violentos del mundo. El Observatorio de Seguridad Ciudadana de Caracas dio cuenta que el año 2011, fue el año más sangriento en la historia reciente de Venezuela, con un registro de más de 19,000 homicidios en una población de 28.9 millones de personas, un flagelo que se combina con el manto de la impunidad y corrupción.

LA CRISIS DEL ALBA

 Venezuela no es la misma sin el comandante Hugo Chávez, el máximo guía de la revolución bolivariana que no sólo dejó una huella imborrable en la vida de los venezolanos sino aquel líder que dictó línea a los cubanos, bolivianos, ecuatorianos, nicaragüenses y hasta los hondureños cuando gobernaba Manuel Zelaya. Estos países pierden un gran referente ideológico, político, económico y social, así como una directriz que marcaba las claves de su política exterior mediante el ALBA, la alianza de pueblos bolivarianos comandados por la diplomacia petrolera del caudillo.

La élite política chavista activó una diplomacia basada en el uso político de la renta petrolera, la divisa que les permitió seducir a países aliados, golpear a naciones enemigas e incrementar el gasto militar. Siendo el país con las mayores reservas de crudo en el mundo, que ascienden a 296,500 millones de barriles, por encima de las de Arabia Saudita según la OPEP, se pudieron construir enormes proyectos institucionales de carácter regional que fueron financiados por los ingresos petroleros. Petrocaribe, quizás fue una amalgama que desde 2005 logró la cohesión regional a través de la cooperación y suministro energético. Otros proyectos como Celac, Unasur, Telesur y Banco del Sur encontraron en Hugo Chávez uno de sus máximos exponentes y defensores.

Hoy ya no es factible la ayuda de Venezuela a los países del ALBA tal y como estaba trazada bajo los tiempos y dictados de Hugo Chávez. El modelo se está agotando, se seca hacia sus adentros y muestra carestía y austeridad hacia fuera. Hoy se anticipa una crisis mayor ¿Habría que reinventar el socialismo bolivariano? ¿Cómo salvarlo y enfrentar sus dilemas? ¿Quién tomará las riendas de este proyecto? ¿Lo podrá hacer Rafael Correa el presidente de Ecuador, quien resultó reelecto con un gran margen de aceptación en las elecciones de febrero del 2013 pero que no cuenta la estatura económica y petrolera de Venezuela?

Por último y no menos importante, dos golpes al chavismo en últimas fechas. El triunfo electoral del partido oficialista de Juan Orlando Hernández en Honduras y un segundo lugar para Xiomara Castro, la esposa del expresidente Manuel Zelaya que se alineaba cada vez más a las fuerzas progresistas de la izquierda radical. Por el otro lado,  la paliza electoral que le propinaron a la izquierdista CFK en Argentina en las elecciones locales de octubre del 2013 que no le permitirán realizar cambios constitucionales para asegurar su reelección. Y la pregunta ¿Qué tipo de acercamiento se cocinará entre Venezuela y Chile con la casi segura llegada de Michelle Bachelet?

@RinaMussali

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