La candidatura fallida de México ante la OMC. (Parte II).


Leer primera parte

EL PROCESO DE SELECCIÓN ¿REFLEJO DE UN NUEVO ORDEN ECONÓMICO MUNDIAL? 

Nueve países presentaron candidaturas oficiales para obtener el puesto superior de la OMC. Kenia, Ghana, Costa Rica, Jordania, Indonesia, Corea del Sur, Nueva Zelanda, México y Brasil se disputaron para dar a conocer su visión sobre el futuro de esta organización que ha estado moribunda y en declive, debido principalmente al estancamiento de la Ronda de Doha. En una última ronda de consultas, Herminio Blanco, uno de los principales negociadores del TLCAN perdió frente a Roberto Azevedo, el diplomático de carrera brasileño, quien fue representante de su país ante el organismo mundial desde el 2008.

Para muchos una carrera abierta entre una cara habitual y bastante conocida contra una figura nueva y desacostumbrada de lidiar con los entrecejos de la política comercial multilateral. En esta ocasión el apoyo de EE.UU. y los 27 países de la Unión Europea más Croacia no rindieron los frutos esperados para México. Precisamente, Herminio Blanco buscaba deslavar la etiqueta impuesta como el candidato de los países ricos contra aquella de Azevedo que se identificaba con la voz de los países emergentes y en menor desarrollo, países que ahora motorizan la economía mundial en un contexto de crisis estructural de los países industrializados.

Más allá de contar con una radiografía específica de votos por regiones y países, Brasil presume haber contado con la anuencia de China, India, Rusia y Sudáfrica y con las simpatías de los países del ALBA, Mercosur y la mayoría de la UNASUR, una América Latina que volvió a probar los sinsabores de la división debido a los diferentes proyectos políticos y económicos que imperan. Llamó mucho la atención que Costa Rica, México y Brasil no se hayan puesto de acuerdo para apoyar una candidatura única y común proveniente de Latinoamérica; que se hayan dejado crecer estas postulaciones sin negociaciones eficaces que pusieron al desnudo la falta de unidad y cohesión entre nuestros países.

Sede de la Organización Mundial de Comercio en Ginebra. Fuente: China Daily.

Sin embargo, la designación de Roberto Azevedo al frente de la OMC refleja el nuevo reordenamiento económico mundial que se ha destapado con mayor fuerza ante los embates de la crisis financiera del 2008. Una nueva correlación política de fuerzas en la que China tiene más peso y talla en la economía mundial y empodera su quehacer diplomático para decidir quien dirigirá la OMC. Como quiera que sea, esta experiencia nos deja una reflexión a los mexicanos ¿Cómo nos miran en el mundo? Al parecer nuestro país es percibido bajo el anclaje de América del Norte, un hecho que no puede desmentir la apertura comercial ejemplar que hemos logrado pero que no ha sido suficiente para detonar un mayor desarrollo o para evadir otras responsabilidades. Hoy nuestra estrategia debe ser múltiple y simultánea, las apuestas deben diversificarse, pues ha quedado claro que un México arrinconado a EE.UU. ya no da los mismos dividendos que en el siglo XX.

Otro ingrediente decisivo que favoreció al candidato brasileño fue el respaldo institucional que Itamaraty ha desarrollado con los países de África, una política proactiva y definitoria de lo que Brasil busca ser en el mundo del siglo XXI: un actor de peso en la toma de decisiones internacionales. Su notable presencia política y económica le dieron la posibilidad de seducir a la mayoría de los países del bloque africano que pertenecen a la OMC. Además de sus lazos culturales con sus ex colonias portuguesas, Brasil ha participado en misiones de paz de la ONU y ha ensanchado su apetito político y económico con su creciente red de embajadas y política de cooperación agresiva. En contraste, México se ha quedado rezagado, nuestra salida del G77 y China en la ONU y nuestra cara puesta en el TLCAN y la OCDE nos han marginado de un continente de gran importancia.

Los mexicanos nos deberíamos de preguntar si la carta del TLCAN se materializó de manera positiva para atraer nuevos votos hacia la candidatura de Herminio Blanco. Aunque debemos de considerar los grandes resultados que drenó este arreglo institucional durante los primeros años, hoy a 20 años de su firma, este tratado se encuentra desangelado ante la perdida de competitividad regional frente a otros circuitos económicos y comerciales mundiales. Los contextos son otros, el lanzamiento de la postulación de Herminio Blanco ante la OMC no se desarrolló en el transcurso de la década de los noventa, a partir de entonces han pasado muchas otras cosas que nos explican porqué Brasil le ganó la partida a México: el arribo de China como la segunda economía del mundo, sellando la era del Pacifico y despidiendo la hegemonía en el Atlántico.

ROBERTO AZEVEDO ¿REVIVIR LA RONDA DE DOHA?

Roberto Azevedo el próximo director general de la OMC encontrará su primera prueba de fuego con la celebración de la conferencia ministerial en Bali en diciembre del 2013, la llave para reimpulsar las negociaciones fallidas de la Ronda de Doha que buscan liberalizar el comercio mundial. Las largas e inconclusas negociaciones de la Ronda de Doha ni siquiera pudieron dar un giro de timón con el paquete propuesto por Pascal Lamy en julio del 2008, fallando nuevamente en la tarea de doblegar los fuertes intereses proteccionistas de Europa y EE.UU.

La Ronda de Doha es la ronda de negociaciones comerciales más reciente entre los Miembros de la OMC. Tiene por objeto lograr una importante reforma del sistema de comercio internacional mediante el establecimiento de medidas encaminadas a reducir los obstáculos al comercio y de normas comerciales revisadas. Fuente: World Trade Organization.

La complejidad de las negociaciones y los fuertes intereses imbricados en la agenda de Doha entre países avanzados y economías emergentes han conducido a la OMC a un callejón sin salida, una institución que ha perdido rumbo y ha estado tambaleante en liderazgo. Países desgastados y fatigados por la dificultad de tomar decisiones por «consenso» y ahora golpeados por las afectaciones de la crisis económica que han terminado por desinflar las perspectivas más realistas en torno a la conclusión final de este periodo de negociaciones. Ante este escenario ¿Cuáles son los retos que tendrá que enfrentar Roberto Azevedo? ¿Inyectarle más oxígeno a la Ronda de Doha, dotar a la OMC de la confianza y credibilidad perdida y detener el renovado contagio proteccionista en un momento de vulnerabilidad económica mundial?

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