Alianza del Pacífico: ¿una respuesta al Mercosur?


América Latina se ha convertido en un escenario donde se expone la guerra comercial. El fracaso del ALCA y la aspiración de crear un área de libre comercio para toda América ha desembocado en la formación de diversos bloques comerciales. Los dos más visibles en estos tiempos: el Mercosur y la Alianza del Pacífico; dos propuestas con signos políticos dispares,  visiones comerciales distintas y arraigados a nódulos geopolíticos particulares. Mientras que el Mercosur está anclado a China y disfruta de la demanda agregada y de los altos precios de las materias primas, la Alianza del Pacífico está basado en la lógica de Mesoamérica con la gran influencia que sigue ejerciendo EE.UU; país que por cierto busca participar como observador.

Recordemos que el Mercado Común del Sur, comúnmente llamado Mercosur, es un acuerdo político y económico que se fundó en 1991 con el Tratado de Asunción en el que participa Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay para favorecer la libre circulación de bienes y servicios entre los países y la adopción de una política comercial común en relación a terceros Estados. Es sabido que la gran directriz del Mercosur es Brasil, el gigante sudamericano que controla casi el 75% del PIB regional y que con la reciente incorporación de Venezuela aumenta su peso y talla convirtiéndose en el bloque económico que concentra las mayores reservas energéticas a nivel mundial.

En este mapa podemos ver los países que pertenecen al MERCOSUR.
FUENTE: 8300 web.

No estando exenta de problemas, Mercosur camina sobre desafíos mayores. Sus detractores le critican los escasos resultados que ha drenado en materia de liberalización comercial y la falta de negociaciones sustantivas para conseguir sus objetivos de política comercial. Su vitalidad y eficacia se han visto opacados por problemas políticos y conflictos constantes entre las partes. Al igual que las economías europeas, Mercosur porta un ADN más proteccionista a diferencia del espíritu más aperturista de los países que se tejen alrededor de la Alianza del Pacífico, quienes han firmado mayores tratados de libre comercio con países como EE.UU; la Unión Europea y naciones asiáticas, siendo México, Chile, Perú y Colombia países más proactivos en materia de política comercial.

Otro de los mayores contratiempos del Mercosur ha sido el viejo y conocido problema de las asimetrías entre sus países miembros. Desde su tratado fundacional, el mercado suramericano no incluye un trato especial y diferenciado para los eslabones más débiles de la integración como Paraguay y Uruguay, un hecho que ha contribuido a alimentar las rencillas y los descalabros entre las partes; a pesar de algunos avances. Asimismo siguen pendientes las reformas institucionales necesarias para convertir a este modelo de integración en un área de libre comercio más consolidada y con voluntad para  alcanzar acuerdos de gran envergadura. No saquemos del radar, las más recientes pugnas entre Buenos Aires y Brasilia, debido a la estatización de una rama ferroviaria argentina que estaba en manos de la empresa brasileña ALL.

La inacción del Mercosur y la conflictividad entre sus socios también se refleja hacia el exterior con las negociaciones prolongadas e inacabadas con otros actores extraregionales. Este es el caso de las negociaciones birregionales entre la UE y Mercosur, 18 años sin un cierre consolidado debido a grandes desacuerdos, entre los que destaca el capítulo agrícola. En contraste, México, Chile, Colombia, Perú y Centroamérica han logrado firmar acuerdos de asociación económica y cooperación con el viejo continente.

Los presidentes de Venezuela, Brasil, Uruguay y Argentina reunidos en Brasilia en el 2012 durante la cumbre del MERCOSUR. FUENTE: StarMedia.

Por otro lado, una noticia reciente que ha llamado mucho la atención es  que la Alianza del Pacífico integrada por México, Colombia, Perú, Chile y de nuevo ingreso Costa Rica ha superado el crecimiento económico y el total de las exportaciones del propio Mercosur. Hay que señalar que casi el 40% del PIB latinoamericano se conjunta en esta región y pudieran ser la novena economía del planeta si se les contabilizará como un sólo país;  revelador en este camino ha sido el interés del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos de quererse adherir a la OCDE, siendo México y Chile ya estados miembros.

Es importante señalar que estas dos subregiones buscan ampliar sus radios de acción. La Alianza del Pacífico se estrena con la adhesión de Costa Rica y pronto Panamá y Guatemala pretenden unirse. En caso inverso, el “Mercosur Ampliado” pasa por el posible ingreso de Bolivia y Ecuador y la todavía pendiente ratificación del senado paraguayo para formalizar la entrada de Venezuela. En ambos espacios se ha logrado eliminar las visas entre ciudadanos de sus países, acordar el establecimiento de algunas embajadas conjuntas y crear fondos para apoyar proyectos relacionados con infraestructura, competitividad, ciencia y tecnología, entre otros.

Inclusive, un proyecto que ha atraído la mirada dentro de la Alianza del Pacífico es la necesidad de reforzar el  Mercado Integrado Latinoamericano, el MILA que viene funcionando desde el 2009, en aras de reunir a las bolsas de valores de Chile, Colombia y Perú, quizás un proyecto que busque su ampliación hacia México. Se trata de la primera iniciativa de integración bursátil trasnacional que se sustenta en las fortalezas del sector minero en Perú, el sector energético en Colombia y el financiero en Chile con emisiones bursátiles de 556 compañías y erigiéndose como el segundo mercado de capitalización bursátil de Latinoamérica con 712.5 billones de dólares, según datos de su página web.

Los mandatarios de México, Colombia, Chile y Perú reunidos en la Cumbre de la Alianza del Pacífico. FUENTE: El Economista.

Si bien la joven Alianza del Pacífico está delineando una estrategia audaz para conquistar y seducir a los mercados internacionales y sobre todo los asiáticos, el Mercosur se torna lento debido a los conflictos políticos que enfrenta, restándole flexibilidad y mayor capacidad de respuesta a diferencia de los países del Pacífico. Las disputadas elecciones en Venezuela de abril del 2013, tras la muerte del ex comandante Hugo Chávez no fueron una buena noticia para el Mercosur. Nicolás Maduro se estrenó como un presidente cuestionado, bajo un país polarizado y dividido debido al estrecho y muy incómodo margen de diferencia que encogió su credibilidad como máximo líder de la revolución bolivariana. No perdamos de vista que la oposición sigue apelando a la solidaridad de los pueblos de América Latina y denunciando la violación a la Carta Democrática Interamericana de la OEA.

Justamente Venezuela en medio de la convulsión post-electoral se apresta a recibir la Presidencia Pro Témpore del mercado común en este julio próximo.  Un hecho que viene a complicar el panorama político en el Mercosur, además de las relaciones tan convulsas entre Venezuela y Paraguay. Para el país guaraní, la presidencia rotativa de Venezuela es un cargo desconocido, toda vez que su Cámara Alta no ha ratificado el ingreso de Venezuela al modelo de integración.

PARAGUAY Y VENEZUELA ¿LA JAQUECA DEL MERCOSUR?

La postergación de la Cumbre del Mercosur prevista para el 28 de junio en Montevideo es una muestra más de los embates políticos que no dejan avanzar el espíritu integracionista de sus economías. Bajo un clima de tensión entre los países se ha desatado una batalla mayor que está relacionada con dos factores: el pendiente reingreso de Paraguay al Mercosur y la adhesión legal de Venezuela a este modelo de integración que está condicionado a la aprobación senatorial por parte de Paraguay, pues si bien ésta última fue una decisión política, hasta ahora no cuenta con el beneplácito jurídico.

Habría que recordar que Paraguay fue aislado temporalmente de la Unasur y Mercosur por la controvertida destitución del expresidente Fernando Lugo en junio del 2012. Siendo un país convulsionado por la inestabilidad política, golpes de estados y luchas enconadas entre grupos e intereses. El país guaraní enfrentó una crisis política mayor cuando la maquinaria más conservadora del poder en conjunto con los poderes fácticos le arrebataron la silla presidencial al exobispo mediante un “golpe parlamentario exprés” que no contó con el debido proceso. Un gesto que levantó suspicacia en la comunidad internacional y fuertes divisores regionales que pronto sellaron el aislamiento del país guaraní y de su presidente impuesto Federico Franco.

El problema entre Paraguay y Venezuela deviene de diferencias políticas e ideológicas de tiempo atrás. El extinto comandante Hugo Chávez vio con muy malos ojos la destitución de Fernando Lugo, que luego vino seguida del ingreso de Venezuela al Mercosur, un hecho que levantó la furia del gobierno paraguayo. Las diferencias internas entre ambos países han ido escalando. Por un lado, el reingreso de Paraguay al Mercosur que estaba condicionado a la celebración de elecciones democráticas no se ha podido materializar hasta que el nuevo presidente Horacio Cartes asuma su cargo hasta el 15 de agosto.

Horacio Cartes, nuevo presidente de Paraguay. FUENTE: La Vanguardia.

Esta complicada situación nos deja entrever porqué la Cumbre del Mercosur pactada para junio fue postergada, una señal inequívoca de la necesidad de ganar tiempo y suavizar los divisores entre Paraguay y Venezuela. Quizás, Brasil en su papel de poder hegemónico e interlocutor pueda ser el único actor capaz de mediar la situación entre ambos países. La prensa ha señalado que Itamaraty ha condicionado el regreso del país guaraní al Mercosur; si éste no admite a Venezuela en el grupo. No olvidemos la serie de fricciones durante el 2012, los retiros de sus respectivos embajadores y la suspensión del envío de petróleo venezolano a Paraguay.

Al parecer el reingreso de Paraguay al Mercosur será un tema resuelto en la próxima Cumbre pues se espera levantar de manera automática la sanción al país guaraní y que los mandatarios del Mercosur acompañen a Horacio Cartes en su toma de posesión el 15 de agosto. Sin embargo, el escollo mayor se encuentra en la ratificación senatorial pendiente por parte de Paraguay para el ingreso de Caracas, continúan las enormes reticencias del Partido Colorado, quien estrenará una nueva legislatura este 1º de julio con 19 bancas de los 45 escaños del Senado.

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