La caída del muro de Berlín, la unificación alemana y la desintegración de la Unión Soviética no fueron razones suficientes para disolver la OTAN. Esta alianza militar trasatlántica surgió en 1949 entre EE.UU. y Europa, cuya tarea principal fue contener la amenaza comunista. Su contraparte, el Pacto de Varsovia que detenía la influencia capitalista occidental hacia el este, desapareció en 1991 tras su paulatina desintegración. Hoy, la OTAN luce como una reliquia del pasado que trata de renovarse al calor de los acontecimientos internacionales.
Su objetivo principal –salvaguardar la libertad y la seguridad de todos sus miembros por medios políticos y militares- tuvo que traspasar el comunismo y considerar que en el siglo XXI las amenazas a la seguridad son difusas, menos predecibles y provienen de diversos actores, ya no sólo de Estados. Irónicamente, la organización ha tenido un rol más activo, tras el fin de la Guerra Fría que durante ella, pues en la Cumbre de Lisboa (2010) se aprobó su nuevo concepto de seguridad estratégica que pasa por el reforzamiento de su sistema antimisiles, su política de ampliación y la profundización de alianzas estratégicas, incluso con países no miembros de la OTAN.
Fuente: historiageneral.com
La política de puertas abiertas
El punto medular de su transformación ha sido su política de puertas abiertas hacia los países de Europa del Este, un hecho que ha crispado los intereses geopolíticos de Rusia. Al termino de la Guerra Fría, la organización tenía 16 miembros en sus filas, en la actualidad son 28. Esta alianza militar sedujo a los antiguos países del Pacto de Varsovia que permitieron el ingreso de Bulgaria, Rumania y Eslovaquia en 2004 al tiempo de atraer a Estonia, Letonia, Lituania y Eslovenia en el mismo año; más tarde, en 2009, Albania y Croacia se convirtieron en miembros de pleno derecho.
A su vez, se tejieron alianzas estratégicas de manera individual con diversos países miembros y no miembros, en los que resaltan los Estados de la antigua Unión Soviética (Asociación para la Paz); se estrecharon lazos en materia seguridad con Kuwait, Omán, Qatar, Arabia, Saudita y Emiratos Árabes Unidos (Iniciativa de cooperación de Estambul), así como con países de la región del Mediterráneo (Diálogo del Mediterráneo). Un mapa que queda incompleto si no le agregamos el acercamiento táctico que tiene con Japón y Australia, y los deseos fervientes de la organización para que los países africanos se unan a esta organización. Así, la influencia de la OTAN va más allá de sus 28 miembros, asegurando un puesto de vigilancia en países con cercanía territorial e influencia política.
Fuente: codigosecreto.com
Sobra decir que Rusia mira con total desconfianza y suspicacia la ampliación de la OTAN y su consecuente despliegue de infraestructura militar en territorios fronterizos y repúblicas exsoviéticas. Y es que la política de agresión de la OTAN que se confecciona bajo la anuencia de la UE ha sido uno de los motores de la crisis entre Georgia y Rusia y Ucrania y Vladimir Putin. Al final de cuentas se desvela la rivalidad entre Rusia y Europa por los espacios post-soviéticos.
La ampliación ha traído consigo fisuras que han crecido entre los socios de la organización a la luz de las tres guerras más recientes que ha llevado a cabo la OTAN: Kosovo (1999), Afganistán (2001) y Libia (2011), junto con un potencial ingreso de Ucrania. Las diferencias se ensanchan a la hora de repartir las cargas y responsabilidades entre los países aliados y, especialmente, a la hora de definir el presupuesto militar.
Fuente: abc.es
Estados Unidos es partidario de que cada miembro de la OTAN destine un 2% de su PIB al gasto militar, aun cuando, de acuerdo con cifras del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), el gasto militar de este país cayó un 7.8% de 2012 a 2013, una caída que puede atribuirse parcialmente a la reducción de operaciones militares en el extranjero. ¡Ojo! No perdamos de vista este dato: según las cifras del mismo Instituto, Rusia aumentó 4.8% su gasto militar.
A pesar de la disminución interna del presupuesto militar estadounidense, su aportación a las arcas financieras de la OTAN es la mayor de sus miembros. En 2013, el 73% del presupuesto de la organización provenía de EE.UU, 5% más que hace cinco años, con lo cual el porcentaje de las aportaciones de los otros miembros ha ido disminuyendo. Aun cuando en el discurso la organización pugna por compartir responsabilidades y con ello gastos, el desequilibrio presupuestal interno es fundamental para que la potencia estadounidense siga al frente de la política de la organización.
El cambio de mando en la OTAN
El ex primer ministro noruego Jens Stoltenberg sucederá al danés Anders Fogh Rasmussen como secretario general de la OTAN el 1º de octubre del 2014. Stoltenberg, deberá tener en mente que la OTAN no puede despegarse de las amenazas que se viven en Asia Central, Medio Oriente y África del Norte: Siria, Gaza, Líbano, Afganistán, Irak y Libia forman parte de las preocupaciones de este brazo político-militar. Esto aunado al paraguas de amenazas que irrumpe en Asia-Pacífico. La OTAN tendrá que estar pendiente de la rivalidad histórica entre China y Japón que ahora va en aumento. El mundo ya no es eurocéntrico y la llegada de China como segunda economía mundial y poder ascendente en el mundo genera el recelo de propios y extraños.
El nuevo secretario general tendrá que reforzar el vínculo trasatlántico de defensa colectiva y la cooperación entre socios. Sin embargo, su mayor desafío será la relación que se establezca con Rusia, la Rusia que denota la política expansionista de Vladimir Putin frente a la ampliación de la OTAN al Este y que tuvo como consecuencia la anexión de Crimea, tras la crisis política en Ucrania. Arrinconar a Rusia y calzar a China parecen ser las dos balas estratégicas del juego geopolítico de la OTAN.
Fuente: cnn.es
Esta organización en transformación que se renueva para alejarse del contexto de su creación se enfrentará a los nuevos acuerdos que tomen sus países miembros en la Cumbre de Gales a celebrar el 4 y 5 de septiembre. Sin duda, Ucrania será un tema central al igual que la misión de la OTAN para finalizar las operaciones de combate en Afganistán. De esta manera, la OTAN se convierte de una organización de seguridad colectiva regional a ser una institución político-militar con vocación global.